Deseo Sexual: El Gran Desafío de las Relaciones

Perdida del Deseo Sexual: El Gran Desafío de las Relaciones.

     Algo que siempre digo es: no necesitas hacer algo épico para rescatar tu vida sexual. Con cambiar pequeñas cosas es suficiente para reavivar el fuego con tu pareja. Por eso, lo más difícil no es «hacer cosas» para revivir la pasión, nisiquiera lo es conservar el deseo a través del tiempo; lo más difícil es: comprometerse a hacer lo necesario día tras día, de manera consciente, tras la agonía del deseo espontáneo.

     Eso, el propio compromiso es lo que representa el reto en si mismo, sobre todo si hemos entrado ya en la dinámica de relegar el deseo al final de la lista, como si una vida sexual activa, una vez conquistada o «asegurada» la estabilidad de la pareja, se volviera algo prescindible, muy por debajo de las responsabilidades del día a día: la necesidad de llegar a casa a arrancarse la ropa se difumina en los compromisos sociales, los hijos y las cuentas por pagar, las noches de erotismo y las propuestas picantes en la ducha quedan opacadas por las discusiones y las frustraciones. Incluso, empezamos a asociar el sexo con una moneda de cambio, una especie de recurso que utilizamos para castigar o premiar, cuando las condiciones lo permiten y tenemos algo de tiempo libre, cuando la otra persona se ha portado bien o cuando ya ha pasado «demasiado tiempo». Entonces, solo evaluamos si los minutos serán suficientes y deseamos entre dientes que «ojala no se alargue el encuentro, para poder dormir las 8 horas recomendadas» 

     Y la verdad, es que mientras escribo esté artículo no dejo de sentir un aire de nostalgia y tristeza, como persona que ha sido juez y parte, condenada y Verduga pero que además, ha visto la consecuencia en las lagrimas de la persona incapaz de sentir el fuego del inicio, la tristeza y el autoestima roto del rechazado que se siente como verdadera mierda sin entender el porqué,  y es que uno como terapeuta y como individuo conoce de primera mano la consecuencia, de no ejercitar «el musculo del deseo» porque si, el deseo es musculo que se ejercita y con ello recuperar la vitalidad sexual, la complicidad y la picardía que los unió en un principio pueden recuperarse, pero solo si ambos están dispuestos a hacer el trabajo. No por complacer al otro, no por premiar ni porque no queda de otra, sino porque el sexo le hace bien a la pareja, la fortalece, la mantiene viva. Además, con el tiempo, tendrán la magia de la confianza, la madurez en la cama y la conexión que solo los años pueden dar.

     Pero antes de entrar en los consejos para revivir la pasión con pequeñas cosas, repasemos algunos de los factores que pueden acabar con el deseo:

Factores que Contribuyen a la perdida del deseo en la pareja:

Factores Psicológicos

Dar por sentado las cosas: Construir una relación sólida, donde la confianza, el compañerismo y la «seguridad» en la otra persona sean el estandarte, es genial. El problema es que el deseo necesita de un puente que atravesar, de cierta incertidumbre. Es por la necesidad de poseer que inventamos tiempos, espacios y maromas para «conquistar» a esa persona sobre la que posa nuestro deseo. Y cuando se nos olvida que la otra persona no te pertenece, que nada garantiza que se quede, que la insatisfacción sexual es un argumento válido para poner en jaque una relación, dejamos de esforzarnos por sorprender y atraer a nuestra pareja. Entonces, la relación puede volverse predecible y monótona.

Falta de comunicación: No hablar abierta y honestamente sobre nuestros deseos y necesidades puede llevar a una falta de satisfacción y comprensión mutua. Pero no solo hablo de tus necesidades sexuales, sino de todas tus necesidades en general. Por miedo al conflicto, al juicio que el otro puede ejercer, o incluso a que, si yo pido espacio para mí, tal vez mi pareja quiera lo mismo. También por falta de confianza, por no querer lastimarle o, en algunos casos, porque ni siquiera sabemos qué comunicar. Así es, a veces el problema no es pedir lo que quieres, sino no saberlo. Y así vamos, frustrándonos, fingiendo, aguantando, hasta que la pérdida del deseo se vuelve inevitable. Porque, seamos sinceros, ¿Quién va a preferir una actividad que no disfruta frente a dormir 8 horas completas?

Descuido individual: Cuando dejamos de cuidar de nosotros mismos, tanto física como emocionalmente, nuestra autoestima se va al traste. Empezamos a negarnos la oportunidad de sentir placer y eso trae consecuencias en nuestra disposición sexual. Esta postura de inseguridad constante, de rechazo hacia nosotros mismos, hace tambalear el deseo.


    Factores Químicos

Ya hemos echado un ojo a esas dinámicas inconscientes que afectan nuestro deseo, pero no podemos olvidarnos de la química mágica que mueve el cuerpo, guía nuestras emociones y, por ende, nuestra disposición ante diferentes situaciones de la vida. Por supuesto, estoy hablando de LAS HORMONAS.

Neuroquímica del amor: Al principio de una relación, nuestro cerebro libera una gran cantidad de dopamina, la hormona del placer que nos hace olvidarnos del mundo y solo tener ganas de coger como conejos. Incluso si el sexo no es tan bueno, el simple hecho de estar allí, con esa persona y con la emoción de cada encuentro, es suficiente. Pero, casi como una condena cruel (sobre todo para las mujeres, para quienes la conexión y motivación sexual no es siempre prioridad), el tiempo y la satisfacción de una conquista bien ejecutada disminuyen estos niveles hormonales. Esto puede hacer que las cosas se sientan menos emocionantes.

La adaptación hedónica: Nuestro cerebro tiende a acostumbrarse a las cosas familiares, reduciendo la emoción y la novedad casi a cero. Ya verle sin ropa es tan normal como verle orinar. Y en esa «familiaridad», la emoción se fuga poco a poco.

     Factores Sociales y de Estilo de Vida

Estrés y rutina diaria: El estrés del trabajo, las responsabilidades familiares y las obligaciones cotidianas pueden drenar nuestra energía y deseo sexual, sobre todo en una sociedad que ve el sexo más como una recompensa que como una cura. Se percibe como algo sucio y ajeno a la cotidianidad y al alma, donde la sexualidad no se concibe como un medio para conectar, recargarse, relajarse y compenetrarse, sino como una actividad divertida que solo puede ser ejecutada de una única manera, cuando las condiciones son favorables.

La importancia de la novedad: La novedad y la variedad pueden reactivar los circuitos de dopamina en el cerebro, ayudando a mantener la pasión y el interés en la relación. Ojo, cuando hablo de novedad, tal como lo mencionaba al inicio de este artículo, no me refiero a una variación drástica en la vida sexual. Un pequeño cambio, una nueva postura, una lencería que antes no usaste, una frase sexy que nunca dijiste, una locación que no habían probado…

Evaluar la relación en general: Es un error pensar que el sexo es algo ajeno a las emociones. Si te sientes frustrada/o porque tu pareja no colabora en casa o debido a actitudes que te hacen sentir poco valorada/o, esto también afectará tu deseo de tener sexo. Por ejemplo, será muy difícil que quieras tener sexo si te sientes así.

Pero bueno, mis amores, sé que hasta ahora el artículo suena más trágico y condenatorio que esperanzador, pero la verdad es que, ante la duda de si es posible mantener una relación estable, basada en la confianza, la conexión y la estabilidad, sin perder la complicidad, la intensidad del inicio y el deseo sexual, la respuesta es… ¡¡SÍIIIIIIII!! No solo es posible, sino que está comprobado que no hay nada que consolide más a una pareja que la complicidad bajo las sábanas.

PEQUEÑOS CAMBIOS PARA ENCENDER TU VIDA SEXUAL

Salirse del Rol de Víctima y Escuchar Activamente

Es fácil caer en el rol de víctima: culpamos a la otra persona por no entendernos o sentimos que las cosas simplemente nos suceden. Cambiamos y, de pronto, solo somos «menos deseosas», maduramos y de repente «el sexo ya no es tan importante». Así que lo primero que hay que hacer si esto es algo que realmente quieres rescatar es salir de este rol, lo que implica tomar responsabilidad por nuestras acciones y emociones. Escucha activamente las necesidades de tu pareja y trabaja en satisfacerlas, al igual que suelta el miedo de expresar las tuyas, dentro y fuera de la alcoba. Proponer intimidad entre semana, negociar la duración, dejar Netflix para después, o agendar un día en el que te prepares para lo que viene, son pequeñas acciones que marcan la diferencia. Con el tiempo y una comunicación sana, dejará de ser «un esfuerzo» y se convertirá en ese espacio liberador y de conexión que ambos necesitan.

Cuidado Personal y Autoconocimiento

El cuidado personal es fundamental. Dedica tiempo a ti mismo/a, a tus hobbies, mantente en forma y siéntete bien contigo mismo/a. Esto no solo mejorará tu autoestima, sino que también te hará sentir más atractivo/a y deseable para tu pareja. Es un hecho. Si bien es cierto que no podemos tener la autoestima a tope todo el tiempo, y que también es parte del amor que nuestra pareja nos quiera y ayude a salir de esos momentos oscuros, la responsabilidad de hacerlo recae en nosotros. El autoconocimiento es clave para entender qué te enciende, qué te hace sentir valorado/a, deseado/a, y qué te dispone para el sexo. Así que no temas mirar hacia adentro y compartirte honestamente con tu pareja.

Compromiso y Prioridad

Sé que sueno pesada con esto, pero el compromiso es vital.

El compromiso de poner la relación y la vida sexual como una prioridad es el ingrediente principal, pero, sobre todo, hacerlo desde un espacio de disposición y entendimiento. Solo así podrás ganar la batalla a las hormonas, la monotonía y el tiempo.

Así que ya sabes, planifica citas, sorprende a tu pareja con pequeños detalles, y asegúrate de que ambos estén dedicando tiempo y esfuerzo para mantener viva la chispa. Crear espacios para estar juntos, sin distracciones, fortalece la conexión emocional y física.

Y si consideras que necesitas ayuda extra, por favor, no dudes en invertir en terapia sexual. Créeme, unas sesiones a tiempo pueden salvar una relación completa y eso, baby, no tiene precio.

Una vez que tengas claro lo anterior pues, ya puedes pasar a:
Actividades sencillas que puedes hacer para encender la chispa en tu relación

1. Prueba una Posición Nueva

La monotonía puede ser uno de los mayores enemigos en la cama. Investigar y experimentar con una nueva posición no solo añade variedad, sino que el proceso de descubrimiento puede ser increíblemente divertido y estimulante, busquen una posición que no hayan probado antes y experimenten, si no sale, les aseguro que igual puede ser muy divertido.

2. Intercambio de Roles

¿Siempre eres el/la pasivx en la relación? ¡Cambia el guion! Intenta ser un poco más dominante y toma el control de la situación. O, si eres siempre el/la dominante, relájate y deja que tu pareja tome las riendas. Este intercambio de roles puede abrir nuevas dimensiones de placer y comunicación en la relación.

3. Un Nuevo Lugar

A veces, el simple cambio de escenario puede hacer maravillas. Escápate con tu pareja a un lugar diferente, ya sea otra habitación de la casa, un rincón especial de la ciudad o incluso una escapada rápida a un hotel. Un ambiente nuevo puede encender la chispa y darle un giro emocionante a tus encuentros íntimos.

4. Al Ritmo de la Música

La música tiene el poder de transformar cualquier momento. Intenta tener relaciones al ritmo del rock pesado, la sensual bossa nova, o el suave y sofisticado jazz. Deja que la música guíe tus movimientos y verás cómo cambia la experiencia.

5. Juega con la Ropa

A veces, lo más simple puede ser lo más efectivo. Deja la ropa puesta durante el encuentro, o juega con una prenda específica o lencería. Esta pequeña barrera puede añadir un toque de erotismo y misterio, incrementando la tensión y el deseo.

6. Cambia el Horario

Si siempre tienes relaciones sexuales en la noche, intenta cambiar el horario. ¿Por qué no probar en la mañana, cuando la energía está alta, o en la tarde, cuando la luz natural puede añadir una nueva dimensión al acto? Cambiar la rutina puede traer una nueva perspectiva y sensaciones.

7. Envía un Mensaje Sexy

La anticipación es clave. Envía un mensaje sexy a tu pareja durante el día, sugiriendo lo que quieres hacer más tarde. Este pequeño gesto puede incrementar la tensión sexual y hacer que ambos estén deseando el momento de estar juntos.

En resumen, mantener el deseo y la pasión en una relación no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. La clave está en no dar nada por sentado, en escuchar y comunicar nuestras necesidades con honestidad, y en cuidar de nosotros mismos. Aunque la química del amor cambia con el tiempo, eso no significa que el deseo tenga que desaparecer. Con un poco de esfuerzo, creatividad y autoconocimiento, podemos mantener viva la chispa en la relación.

Y si a pesar de todo, sientes que necesitas una mano extra para superar esos baches o reconectar de manera más profunda, la terapia sexual está ahí como una herramienta maravillosa. Un espacio seguro donde puedes explorar, aprender, y redescubrir no solo tu cuerpo y tus deseos, sino también los de tu pareja. Porque unas cuantas sesiones a tiempo pueden no solo salvar una relación, sino transformar por completo tu vida sexual. Y créeme, ¡eso no tiene precio!

 

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Domina tu eyaculación

La eyaculación precoz es un tema que afecta a muchos hombres y, aunque pueda parecer un problema físico, la mayoría de las veces tiene sus raíces en la mente. Como sexóloga, he visto que la ansiedad, los nervios y el estrés juegan un papel crucial en este asunto.

La Conexión Mente-Cuerpo

Nuestro sistema nervioso es una red compleja que regula todas nuestras funciones corporales, incluyendo la respuesta sexual. Cuando estamos ansiosos o nerviosos, nuestro sistema nervioso se altera, entrando en un estado de «lucha o huida». Este estado de alerta puede provocar una respuesta rápida y descontrolada en el cuerpo, incluyendo la eyaculación precoz.

El Ciclo de la Ansiedad

Cuando un hombre experimenta eyaculación precoz, a menudo entra en un ciclo de ansiedad. La preocupación por «fallar» nuevamente en el próximo encuentro sexual genera más ansiedad, lo que a su vez aumenta las probabilidades de repetir el problema. Este «loop» perpetúa el problema, convirtiendo la ansiedad en el principal enemigo del control eyaculatorio.

Desconexión del Cuerpo

Otro factor importante es la desconexión del cuerpo. Muchos hombres, al estar tan enfocados en no eyacular rápidamente, pierden la conexión con sus sensaciones corporales. Esto les impide disfrutar plenamente del acto sexual y manejar su excitación de manera efectiva.

Consejos para Dominar la Eyaculación Precoz

Aquí te dejo algunos consejos prácticos para abordar la eyaculación precoz desde una perspectiva mental y emocional:

  1. Practica la Respiración Profunda: La respiración profunda y controlada puede ayudar a calmar tu sistema nervioso y reducir la ansiedad. Intenta inhalar profundamente por la nariz, sostener la respiración por unos segundos y luego exhalar lentamente por la boca.

  2. Haz Ejercicios de Kegel: Estos ejercicios fortalecen los músculos del suelo pélvico, ayudándote a tener un mayor control sobre la eyaculación. Practícalos regularmente para ver resultados.

  3. Usa el Método de Parada y Arranque: Durante la masturbación o el sexo, cuando sientas que estás a punto de eyacular, detente y respira profundamente hasta que la sensación disminuya. Luego, reanuda la actividad. Esto te ayudará a reconocer y controlar tu punto de no retorno.

  4. Conéctate con tu Cuerpo: Tómate el tiempo para explorar y conocer las sensaciones de tu cuerpo sin prisas ni presiones. Mastúrbate lentamente, prestando atención a cómo se siente cada movimiento y qué te excita. Esto te ayudará a estar más en sintonía con tu cuerpo durante el sexo.

  5. Habla con tu Pareja: La comunicación abierta y honesta con tu pareja es esencial. Expresa tus preocupaciones y trabajen juntos para encontrar soluciones. A menudo, la comprensión y el apoyo de tu pareja pueden reducir significativamente la ansiedad.

  6. Practica Mindfulness: La meditación y las prácticas de mindfulness pueden ayudarte a estar presente en el momento y reducir la ansiedad. Dedica unos minutos al día a meditar, enfocándote en tu respiración y en las sensaciones de tu cuerpo.

Conclusión

Dominar la eyaculación precoz requiere un enfoque integral que incluya tanto la mente como el cuerpo. Al reducir la ansiedad, reconectar con tus sensaciones corporales y practicar técnicas específicas, puedes mejorar tu control eyaculatorio y disfrutar más de tu vida sexual. Recuerda, el camino hacia el control y la satisfacción sexual es un proceso, y cada pequeño paso cuenta.

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